Mucho se habla del caso Pujol, de la situación en Irak o del ébola, pero hay otras realidades que, aunque los medios no se hagan eco, son dramáticas. Es el caso del pueblo saharaui: después de dos meses entre nosotros los niños saharauis que cada año visitan nuestro país están a punto de regresar a sus casas, a los campos de refugiados de Tinduf (Argelia). Estos niños son los mejores embajadores de la causa saharaui, ya que a través de ellos conocemos su cultura, y también ellos nos hacen recordar la situación en la que se encuentra inmerso su pueblo desde hace más de 30 años.
Nacieron refugiados, lejos de la tierra de sus padres y a lo largo de su corta vida han conocido muchas penurias y escaseces, además de la amenaza de una vuelta a las armas o de que su reivindicación caiga en el olvido por la intransigencia de Marruecos y la pasividad de la comunidad internacional. Desde hace años los niños saharauis nos recuerdan al pueblo al que, curiosamente, olvidan nuestros responsables políticos y nuestros medios de comunicación. Después de tantos años ya va siendo hora de que no sea necesario que nos tengan que recordar las injusticias que se están cometiendo con ellos.
Por Ferrán Gómez Rodríguez
Fuente: elpais.com
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