El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, inaugura hoy el Foro Mundial de los Derechos Humanos en Marrakech (Marruecos), con más de 5.000 participantes de 93 países. Quizá sea a la misma hora, cuando el defensor saharaui Abdelkhalik Elmarki, miembro de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y del Comité Saharaui de los Derechos Humanos, se presente por séptima vez ante la Cámara Penal de 1ª Instancia de Agadir (Marruecos) para la celebración de un juicio que se prolonga en el tiempo con constantes aplazamientos, mientras él permanece desde el 2 de mayo pasado en la cárcel marroquí de Aït Melloul, en régimen de “prisión preventiva”. Se dá la circunstancia de que la AMDH fue la primera de las asociaciones marroquíes en anunciar su retirada del Foro, denunciando la opacidad de la convocatoria en la que los organizadores no responden a las solicitudes de participación de las entidades que, por su trayectoria, pueden ser susceptibles de revelar ante el mundo la situación de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental, lo cual supondría un cuestionamiento internacional respecto a la política marroquí en este territorio no autónomo pendiente de descolonización.
Además, Ban Ki-moon cargará sobre la espalda, aunque no quiera, con el peso de inaugurar un Foro de éstas características a sabiendas de que más de 60 presos políticos saharauis sostienen una huelga de hambre de 72 horas en protesta por la celebración de este evento en un país que, según han denunciado en un comunicado, “son enérgicamente condenables las prácticas denigrantes y abusivas contra las asociaciones internacionales, marroquíes y saharauis de Derechos Humanos”. Todos los presos saharauis, que se encuentran recluidos en diferentes cárceles marroquíes, se solidarizaron con la iniciativa emprendida por los 22 presos del Grupo Gdeim Izik, que pretendían con la huelga de hambre denunciar ante el Foro Mundial su injusta situación, tras haber sido juzgados ante un Tribunal Militar y condenados a duras penas, que oscilan entre 20 años de prisión y cadena perpetua, y que cumplen en la prisión de Sale 1 en Rabat.
A sus reivindicaciones permanentes, que se basan en la exigencia de la inmediata liberación de todos los encarcelados saharauis, la revisión individual de sus respectivos expedientes y una minuciosa investigación respecto a sus reiteradas denuncias de malos tratos y torturas en las cárceles, así como en la reclamación de la incorporación de competencias en materia de Derechos Humanos en la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), añaden ahora la denuncia de los acontecimientos ocurridos en los últimos meses en distintas cárceles, como el fallecimiento del preso Hassana el Luali en la prisión de Dajla, por una negligencia médica del personal del centro penitenciario; las vejaciones y torturas denunciadas por un grupo de reclusos saharauis en la Cárcel Negra de El Aaiún; y, especialmente, su solidaridad con su compañero de prisión Embarek Daoui, quien permanece en estado muy grave tras 27 días de huelga de hambre, sin asistencia médica.
Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de La Paz y destacado activista argentino, defensor de los Derechos Humanos y del Derecho de Autodeterminación de los Pueblos, ha liderado una campaña en favor del boicot al Foro Mundial en Marrakech asegurando que “el Reino de Marruecos posee un historial de graves violaciones de Derechos Fundamentales”.
Por E.P.M.
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