Abdelkarim Bouchalga no regresa de momento a la Cárcel Negra de El Aaiún, capital del Sahara Occidental, y permanece ingresado en el hospital civil local Ben El Mehdi, atado a la cama y sin atención especializada de un psiquiatra, debido a que se encuentra de vacaciones, según han denunciado fuentes familiares.
A pesar de su pérdida completa de memoria y de tener fuertes dolores de cabeza y comportamientos propios de una enajenación mental, el preso político cumple condena de un año y medio de prisión por su supuesta participación en una manifestación de celebración de un triunfo deportivo de la selección argelina en el pasado Mundial de Brasil, sin que las autoridades marroquíes atiendan los reiterados llamamientos de la familia y las peticiones de sus abogados en relación a la necesidad de su puesta en libertad para que pueda recibir tratamiento médico adecuado en el ámbito psiquiátrico.
La familia ha presentado denuncia ante las autoridades por la negativa a que puedan ejercer su derecho de visitar al preso con regularidad y a recibir información sobre su estado de salud, si bien han sido conminados a presentarse el próximo lunes para recibir la respuesta escrita por la que la dirección de la prisión se declara no competente para adoptar medidas en cuanto al régimen de visitas con un preso hospitalizado. Fuentes familiares han asegurado que están dispuestos a hacer un plante a la puerta del hospital para que sus reivindicaciones respecto a Abdelkarim Boucharga sean escuchadas y atendidas convenientemente, principalmente la reclamación de atención médica especializada con carácter de urgencia.
En la visita familiar de ayer aseguran haber encontrado al preso en un estado deplorable, atado a la cama y en una planta no relacionada con la especialidad médica que debe atenderle, que es psiquiatría. Abdelkarim Bouchalga no tenía puesto siquiera un suero con analgésicos, si bien la familia asegura que le están suministrando medicación psicopática sin receta ni supervisión médica alguna, lo cual podría estar empeorando su situación mental y física. De todo ello responsabilizan a las autoridades marroquíes y temen que se pueda estar produciendo una negligencia médica que derive en un claro empeoramiento del preso.
Fuente: Activistas de Resistencia Saharaui en TT.OO.
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