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EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

De la quimera a la realidad en la atención en Salud Mental a las personas refugiadas en los campamentos saharauis


Por Bahia M.H Awah / Texto: Marta Guarch-Rubio* / Ilustración: Campamentos de refugiados del Sahara Occidental en el sur de Argelia, Fadel Jalifa Embarec Fal / Fuente: Y...¿Donde queda el Sahara?

Nuevamente sumida en la inmensidad de la nada, en un lugar que desafía al tiempo y al olvido, rescatando recuerdos de una guerra ya pasada y amparando deseos lejanos de llegar.

Nuevamente en los campamentos de refugio saharauis de Tinduf, en Argelia. Sobre el terreno de la mano de Dumaha Alyene (Directora del Departamento de Salud Mental en los campamentos saharauis) y con Antonio Manzanero (Director del proyecto de investigación sobre “Evaluación de necesidades psicosociales en refugiados y solicitantes de asilo” en la Universidad Complutense) desde Madrid. Los tres compartiendo un punto de partida, la salud mental en contextos de refugio.

El actual aumento de movimientos migratorios y desplazamientos forzados ha dado lugar a una crisis humanitaria mundial sin precedentes. El desgaste psicológico que sufren estas personas a lo largo de todo el proceso migratorio está plagado de riesgos, presiones, miedos, duelos y proyecciones truncadas. Inicialmente, una vida de pérdidas. En el mejor de los casos, les esperará un porvenir en centros o campos de refugio, y si la suerte no acompaña, la muerte o una posible deportación que derrumbará todas las motivaciones por las que iniciaron el viaje. Volviendo así a un Estado que les obligó a salir por no ser garante de su seguridad.

La incertidumbre es sinónimo de exilio, la espera de frustración y la ansiedad y depresión se convierten en su máxima expresión con patologías psicosomáticas.

Consecuentemente, la vida prolongada en campos de refugio es un riesgo para la estabilidad emocional de las personas que allí viven. Es un fuerte determinante que marcará su estado de salud mental en lo sucesivo, incluso años después de vivir bajo condiciones de exilio.
Elementos como la falta de esperanza en el futuro, la dependencia de la cooperación, las divisiones familiares forzadas, y en el caso de los saharauis, la permanente espera de más de 40 años, contribuyen al surgimiento y gravedad de los trastornos emocionales.

Ante esta realidad surgió la necesidad y así, en 2010 se creó en los campamentos de refugio de Tinduf el Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Saharaui en Rabuni.

Una experiencia singular no sólo por su mera existencia si no por ser una iniciativa motivada y gestionada por psicólogas saharauis refugiadas.

Bajo condiciones de refugio la atención en salud mental se ve relegada. La ausencia de interés por parte de agentes políticos o entidades de cooperación, hace de ella una necesidad raramente satisfecha. En esta ocasión, Tinduf va a la vanguardia. Desde este Departamento se dá tratamiento, se sensibiliza a la población general para evitar la estigmatización de los dolientes y se potencia la resiliencia como antídoto de supervivencia en el exilio. No obstante, la falta de recursos tanto humanos como materiales dificulta la atención. No existen psiquiatras y sólo las psicólogas clínicas realizan labores de evaluación y tratamiento. En hasanía, lengua saharaui, el concepto de salud mental, de psiquiatría o de psicología se asocia con la locura y genera un rechazo total por parte de los pacientes y sus familiares. Así, la asistencia a terapia se convierte en la última opción siempre precedida por el uso de la medicina tradicional. El refrán popular, “el loco del Sahara no se cura”, es una idea arraigada que se suma a los obstáculos ya existentes en la atención psicológica en los campamentos.

Otro de los escollos a superar es la escasez de fármacos, propia de los campamentos de refugio, y agudizada en el área de la salud mental. La incapacidad de conseguir medicamentos psicotrópicos en Tinduf empeora la sintomatología y la viabilidad de un tratamiento farmacológico a largo plazo. La realidad se torna quimera, y en determinados casos, poca es la garantía de una mejora favorable.

La crisis del Sahara es un conflicto político olvidado a escala internacional. Tal vez por ello apenas existen estudios del estado de salud mental de su población, a diferencia de otros colectivos de desplazados. El pasado mes de junio, desde el Grupo de Investigación en Psicología del Testimonio de la Universidad Complutense de Madrid, publicamos un estudio piloto de los trastornos emocionales que encontramos con mujeres saharauis refugiadas a largo plazo en Tinduf. Os invito a su lectura y a no olvidar a este pueblo con el que tanta responsabilidad tiene el Estado Español.


Finalmente, querríamos agradecer la donación económica de “Asamblea de Mujeres Anarco-feminista” y “A la sombra de su valla”, que nos facilitaron la compra y entrega de instrumentos de evaluación psicológica para el Departamento de Salud Mental de Tinduf.

Y, por supuesto, mi máximo respeto y admiración hacia todas las psicólogas de Tinduf. Su trabajo diario desde el apoyo psicológico refuerza la convivencia e integración en los campamentos y les convierte en un claro referente.


*Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación en Psicología del Testimonio de la Universidad Complutense de Madrid.


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