En un comunicado, la entidad de Derechos Humanos británica ADALA UK exige que “el Gobierno de Marruecos debe liberar inmediatamente a los activistas políticos y periodistas recientemente secuestrados e investigar todas las denuncias de tortura y malos tratos.
En un contexto general de las restricciones a la libertad de expresión y de organización política, las autoridades marroquíes han puesto en marcha recientemente un ataque contra los periodistas y los activistas clave para su crítica de los abusos cometidos por Marruecos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. En las últimas semanas la Seguridad Nacional de Marruecos y del Servicio de Inteligencia han secuestrado y detenido a muchos activistas políticos y periodistas de forma arbitraria. El 25 de octubre, las autoridades marroquíes secuestraron a Mohamed Kharr, un periodista de los medios de comunicación del equipo saharaui y el blogger Khalid Rauhani junto a otros cuatro activistas: Nordin Largobi, Hamza El Filali, Ali Saadouni, Asaidi Mrabih.
Los activistas son de una ONG saharaui con sede en la capital del Sáhara Occidental. Todos fueron
secuestrados de la cafetería Marwa en la principal carretera de Smara, en el centro de El Aaiún por efectivos vestidos de civil y oficiales de policía uniformados que viajaban en dos coches.
"Estábamos en la cafetería Marwa tomando una copa de forma normal cuando de repente la policía marroquí entró y pidieron que todos nosotros quedaramos quietos y permanecieramos sentados, cogieron a seis personas y les metieron en dos coches - uno de los cuales era un coche de policía y uno civil - y ellos se marcharon", explicó un testigo a los miembros de Adala Reino Unido.
Adala Reino Unido ha documentado otros casos de detención de esta naturaleza - muchos de los cuales han sido detenidos más de cuatro meses, como en el caso de Mahmoud Haissan, un corresponsal de la estación local de televisión saharaui RASD-TV.
Estos secuestros y detenciones son parte de una crisis de derechos humanos en general en los territorios ocupados a manos de las autoridades de Marruecos, donde el espacio para la libertad de expresión, asociación y reunión está siendo severamente restringido y disidentes políticos y activistas censurados con la fuerza brutal.
La Inteligencia Nacional de Marruecos y del Servicio de Seguridad tienen una historia de detención arbitraria y la tortura de activistas saharauis con total impunidad y esta práctica debe parar.
Marruecos ha ratificado el Tratado Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos, que prohíbe el uso de la tortura y el secuestro y es el momento para Marruecos para demostrar que su compromiso es algo más que una firma en una página.
Fuente: adalauk.org
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