¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Verdad y color en Leyuad

Hay momentos en la vida en que toca detenerse y volver, rememorar el punto de partida y obedecer de nuevo al dios de Sócrates, cuando le recomendó: conócete a ti mismo.
El caravanero antiguo viajaba en reatas de camellos hacia los mercados, en un viaje duro y largo que dejaba en el camino demasiados jirones de la identidad. Las mercancías llegaban casi siempre pero el conductor, hecho pedazos durante la ruta, era otro al llegar.

Los africanos siguen saliendo de África como entonces -como siempre- en dirección a los zocos de Occidente, castigados hoy por un tráfico de mayor crueldad. Los desiertos son los que eran, pero el Mediterráneo es más un muro que un mar, y quien supera el deshilache del camino tampoco encuentra reposo al final, pues los mercados de ahora se obcecan en acumular, en poner precios a todo y en extenuar las horas de vivir. Los relojes de Europa han pinchado tantas veces el qanat del tiempo que casi no manan instantes para la persona al final del día… y el ser humano se olvida de si.

Leyuad es volver, renunciar a lo que pesa y ser generoso con lo que nunca se completa ni se agota, que es el conocimiento. Ése es el camino que se aleja de la realidad falsa y se dirige al origen, el pozo del que brotan la verdad y los versos. En el añil y los colores sencillos, limpios, en el resistir de los tamarindos al paso de los jeeps, el poeta busca el encuentro con los bloques de Leyuad, una verdad de granito que permanece sola, mirando al cielo, porque todo en su derredor se deshizo en arena, al igual que la verdad de Occidente, molida por el apremio de cuanto ocurre, o realidad.

Los cineastas, el escritor, la directora han elegido la senda desnuda que vuelve al leyuad de las formas originales: colores sanos, aliados de la luz, líneas simples, tiempo y fuego para pensar, y el equilibrio necesario para disfrutar, sin caerse, caminando por el borde de la realidad.

Gonzalo Barrena, Filósofo
Fuente: bubisher.org

Imprimir artículo

Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.







0 comentarios :

Los contenidos de este blog son propiedad de su autora y de los medios de donde han sido duplicados, citando la fuente o autor de los mismos.
Para suprimir cualquier contenido con derechos de copyright que no permita ser duplicado, contacta conmigo en teofermi1@gmail.com
teofermi1@hotmail.com