No, la vida no depende de la suerte, sino de lo que somos capaces de hacer. Y después de un precioso y duro trabajo, podemos decir que nuestro colegio CEIP Julio Caro Baroja, Málaga, lo ha demostrado: hemos sido capaces, codo con codo y mano con mano, y además disfrutando un montón, de financiar más de un trece por ciento de uno de los dos bibliobuses que el Bubisher necesitaba para seguir trabajando en Bojador y Ausserd. Y lo hemos hecho de una manera tan sencilla como luminosa: con una tómbola de todos para todos.
No sé cómo explicar con palabras todas las emociones vividas:
Pero quiero empezar por esa frase de Eduardo Galeano. No sé si de verdad es de él, pero se la adjudican:
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero un pajarito me ha dicho que estamos hechos de historias…”
Pajarito… Bubisher, historias, niños, juego, sorpresa…. amor, solidaridad, imaginación.
Desde el inicio, cuando se hizo la carta a los padres para pedir su colaboración con juguetes, libros y abalorios, y durante un mes, los niños traían los juguetes a la biblioteca para participar. Estaban compartiendo sus cosas, cosas que habían disfrutado, parte de su historia personal. Y sus caritas eran preciosas, una sonrisa dulce, porque sabían que estaban compartiendo, y qué mejor sitio que la escuela para aprenderlo.
Y por fin llegó el día, 30 de noviembre, nuestra Tómbola, que cuando la vieron, esas caras, esas miradas… se creían que era una tienda de juguetes… pero lo más gracioso es que cuando se daban cuenta que era la suerte, lo que le tocara a cada uno, todavía era mejor: esas caras de alegría o decepción no tienen precio. Ha sido todo un éxito. “¡Un euro mágico! No sabía que un euro daba para tanto!
Así lo hemos vivido y no ha habido rabietas, ni nada…. ¡Cómo es el ser humano! Cuando sabes que no es tu capricho, que es lo que te toque, lo aceptas y luego intentas cambiar si no te gusta, o donarlo otra vez a la Tómbola. Las distintas formas de afrontar la realidad. Y cuando se acabaron los juguetes, había muchos niños esperando todavía, pero se han conformado, han aceptado el juego, tal como era. Otra vez será.
Como siempre que trabajamos la solidaridad en el gozo, ha sido una experiencia muy enriquecedora a todos los niveles, y encima ayudando a que otros niños tengan lo que los nuestros consideran ya normal: libros para disfrutar, para crecer, para poder elegir el futuro desde el conocimiento.
No, es verdad, la vida no es una tómbola, pero si lo fuera, todos querríamos que fuera así de hermosa siempre.
Yolanda
Fuente: bubisher.org
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