La fuerzas marroquíes atacan a una multitud que se dirige a una manifestación en la ciudad de El Aaiún. Foto tomada por Equipe Media el 29 de abril de 2013
Fuente: Global Voices
Entre los grupos que abogan por la libertad de prensa y los derechos humanos, se suele describir a Marruecos como relativamente favorable en lo que respecta a la libertad de prensa, a diferencia de otros regímenes opresivos y dictaduras en países vecinos, como Egipto y Mauritania.
Estas evaluaciones, de por sí subjetivas, no se aplican a los territorios ocupados del Sahara Occidental.
En un entorno militarizado con controles agresivos sobre los medios y los informes de los ciudadanos, pocas noticias del Sahara Occidental llegan al público más allá de las regiones cercanas. Los periodistas y activistas de medios locales que informan sobre la ocupación y los maltratos por parte de Marruecos se enfrentan a obstáculos jurídicos y a pasar un largo tiempo en prisión si hacen oír sus voces.
Equipe Media es un grupo de documentales en video y derechos humanos que se encuentra en medio de esta división. Equipe Media informa principalmente sobre las violaciones a los derechos que las fuerza marroquíes cometen en este territorio.
Junto con un colectivo de producción cinematográfica sueco, el grupo de medios saharaui presentó recientemente su primer documental, Tres cámaras robadas, que registra la lucha del grupo por documentar e informar sobre los maltratos de los marroquíes en el Sahara Occidental.
“Nuestra misión consiste en demostrar que somos pacíficos”, dice el cofundador de Equipe Media, Ahmed Ettanji. “Hacemos campaña por nuestra causa sin violencia, y queremos que el mundo lo sepa”.
Varios periodistas saharauis que trabajaron con Equipe Media se encuentran encarcelados en este momento debido a sus actividades laborales, entre ellas la cobertura en video del movimiento de protesta Gdeim Izik de 2010.
Sahara Occidental: un territorio en disputa
El conflicto en Sahara Occidental se remonta a 1975, cuando la antigua potencia colonizadora España se retiró del escasamente poblado territorio y fuerzas conjuntas de las vecinas Marruecos y Mauritania avanzaron para tomar el control. Si bien Mauritania posteriormente se retiró de Sahara Occidental, las fuerzas marroquíes mantienen el control hasta hoy de la que se conoce como “la última colonia de África”.
Durante 16 años, el grupo rebelde Frente Polisario libró una guerrilla contra Marruecos por la independencia hasta que entró en vigor el cese al fuego de las Naciones Unidas en 1991. Las Naciones Unidas reconocen al Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui, grupo étnico mestizo que habita principalmente en Sahara Occidental y Mauritania.
Las protestas Gdeim Izik
A fines de 2010, semanas antes de las manifestaciones en el mundo árabe que se llevaron a cabo en toda la región, en el Sahara Occidental una enorme cantidad de civiles se rebeló contra la ocupación en forma mayormente pacífica. La protesta se denominó Gdeim Izik, nombre del área del desierto donde ocurrió.
Miles de saharauis abandonaron sus hogares y se unieron a los que se convirtió en una gran ciudad de tiendas autárquica. Ocuparon la zona durante casi un mes hasta que las fuerzas marroquíes los dispersaron violentamente y quemaron la ciudad de carpas.
Aunque tuvo poca difusión en el resto del mundo, Gdeim Izik es un hito importante en la historia moderna del Sahara Occidental que revivió el movimiento de independdencia civil.
Luego de la evacuación de Gdeim Izik, se llevaron a cabo varias protestas que terminaron con muertos y heridos por los que ambos bandos aún se culpan mutuamente. La historia oficial de las autoridades marroquíes sostiene que dos manifestantes y once policías y agentes de seguridad murieron mientras cumplían con su deber. Otras fuentes brindan cifras e identificaciones diferentes.
Un informe de Sahara Docs ofrece más información sobre las consecuencias del acontecimiento para los manifestantes:
Traducción Cita original
La evacuación de Gdeim Izik provocó cientos de víctimas en los manifestantes y algunas muertes en las fuerzas marroquíes, once según fuentes marroquíes. Algunos murieron en el campo, otros en hospitales a causa de sus heridas.
Equipe Media se encargó de documentar el movimiento, ya que no había muchas personas haciéndolo. Junto a una pequeña red de activistas de medios locales, están sufriendo graves consecuencias por ello.
Cuatro activistas de medios, Hassana Alia, Bachir El Khadaa, Hassan El Dah y Abdullahi Lakfawani, afiliados con Equipe Media y grupos similares de activismo local, forman parte de un grupo de 25 activistas saharauis que fueron procesados por participar en la protesta Gdeim Izik.
Lakfawani fue arrestado el 12 de noviembre de 2010 y sentenciado a cadena perpetua tras ser declarado culpable de “ser miembro de una pandilla delictiva” y “violencia contra un oficial de las fuerzas de seguridad seguida de muerte, con intención”.
“Pandilla delictiva” es un término común usado por las autoridades marroquíes para describir a los grupos activistas de la región.
El Khadaa y El Dah fueron arrestados en un café en El Aaiún, casi un mes después de que se desmanteló el campamento de protesta. El Khadaa fue sentenciado a 20 años en prisión por “participar en un acuerdo delictivo” y “ser cómplice de violencia contra un oficial de las fuerzas de seguridad seguida de muerte, con intención”. El Dah fue sentenciado a 30 años en prisión por “formar parte de una pandilla delictiva y ser cómplice de violencia contra un oficial de las fuerzas de seguridad seguida de muerte, con intención”. Además de contribuir con Equipe Media, El Dah era periodista de la estación de TV oficial de Polisario (RASD TV).
Hassana Alia, miembro de Equipe Media, fue juzgado y condenado en ausencia en 2013 por delitos no especificados y sentenciado a cadena perpetua. Actualmente está exiliado en España, donde recibió asilo antes del juicio. Alia no formó parte de los acusados en el nuevo juicio de 2017.
Ettanji comentó a Global Voices con respecto a los casos:
Traducción Cita original
Cuando juzgan a nuestros miembros, nunca nos acusan de violar el Código de Prensa, sino siempre de cargos inventados como atacar a la policía o algo así. A los periodistas extranjeros los echan, los periodistas marroquíes conocen la ley y mantienen la boca cerrada, y a nosotros los saharauis nos tratan de la peor manera posible.
El juicio de Gdeim Izik
Las autoridades marroquíes acusan a 25 activistas de las protestas Gdeim Izik de cometer actos violentos durante el conflicto del 8 de noviembre de 2010, cuando las fuerzas de seguridad marroquíes desmantelaron el campamento de protesta.
Según fuentes oficiales, once oficiales de seguridad marroquíes y dos saharauis murieron durante el conflicto. Sin embargo, Human Rights Watch, Amnistía Internacional y observadores internacionales dicen que el juicio es injusto, ya que se obtuvieron confesiones forzadas con tortura. En marzo de 2013, más de dos años después de que se detuviera a los activistas antes del juicio, un tribunal militar los sentenció a prisión, desde dos años hasta cadena perpetua.
En 2016, luego de que Marruecos cambiara sus leyes de justicia militar y eliminara los juicios militares a civiles, la Cámara de Casación ordenó un nuevo juicio en un tribunal civil. El 19 de julio de 2017, un tribunal de apelación emitió un veredicto que reafirmó la mayoría de las sentencias que había dictado el tribunal militar en Rabat.
Otro colaborador de Equipe Media que está en prisión actualmente, aunque no en relación con la protesta Gdeim Izik, es Mohammed El Bambari, quien está cumpliendo una sentencia de seis años por cubrir protestas que terminaron en violencia en la ciudad de Dajla, en septiembre de 2011.
El Gobierno marroquí lo acusa de haber participado en la violencia, con varios cargos como “cometer violencia contra empleados públicos”, “obstruir una carretera pública” y “formar una pandilla delictiva”. Aunque los acontecimientos en los que participó Bambari sucedieron en 2011, fue arrestado recién en agosto de 2015, cuando se presentó en una estación de policía local en Dajla para renovar su carné de identidad.
Si no se puede desafiar la “integridad territorial”, ¿cómo se puede hacer periodismo?
El Código de Prensa marroquí de 2016 penaliza cualquier expresión que pueda desafía la “integridad territorial” del reino. Los medios impresos acusados de perjudicar la “unidad territorial” de Marruecos pueden ser suspendidos, mientras que los sitios web de noticias pueden ser bloqueados, de acuerdo con los artículos 71 y 104 del Código de Prensa. Cualquier debate o investigación relacionados con el tema y cualquier actividad periodística independiente llevada cabo en el Sahara Occidental son, por lo tanto, infracciones que pueden conllevar una sentencia de seis meses a dos años en prisión y una multa, de acuerdo con las enmiendas del Código Penal de 2016.
Pero, en este contexto, cualquier cobertura de los medios que desafíe la “integridad territorial” del estado marroquí está penalizada. Así, la diferencia entre periodismo y activismo resulta incierta. Para grupos de medios clandestinos y activistas como Equipe Media, la causa de la autodeterminación y libertad de expresión del Sahara Occidental es un acto de resistencia desafiante y riesgoso.
Si bien desde 1991 se encuentra en vigencia un cese al fuego mediado por la ONU entre Marruecos y el Frente Polisario, el conflicto no está resuelto en absoluto. A medida que el centro de la resistencia del Sahara Occidental se desplazó de los guerrilleros en desierto a la población civil saharaui en la ciudades ocupadas, comenzaron a formarse medios de comunicación clandestinos.
Escaso interés internacional por la causa saharaui
A pesar de los esfuerzos de grupos como Equipe y otros medios independientes, el conflicto del Sahara Occidental aún recibe muy poca atención internacional. El silencio favorece a la propaganda oficial marroquí, que se basa en el consenso nacional de que el “Sahara marroquí” no es un problema.
“Hacen parecer que aquí no hay problemas”, dice Ahmed. “Cuando aparece resistencia, dicen que fue una minoría conflictiva, delincuente comunes o agentes extranjeros (argelinos)”.
Cuando sucedió Gdeim Izik y las noticias comenzaron a difundirse, los medios marroquíes de inmediato afirmaron que la protesta se debía al desempleo y a las dificultades económicas, con escasa o ninguna mención de la ocupación militar. Como para los periodistas extranjeros es sumamente difícil visitar e informar sobre el territorio, los medios de comunicación extranjeros a menudo repiten lo que aparece en la prensa marroquí.
Ahmed no tarda en destacar que varios gobiernos europeos, sobre todo las antiguas potencias coloniales España y Francia, son cómplices de la ocupación y esta los favorece.
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