PUSL / Según comunicado de prensa del Ministerio para los territorios ocupados de la RASD, el joven saharaui Eyub Ali Buyema, de 18 años, vecino de El Aaiún, estudiante de enseñanza secundaria, al que Marruecos impone el nombre de Ayub Elghan, participó en las manifestaciones de “El Aaiún, el 28 de junio de 2018, cuando fue atropellado, por un coche de policía, marca Toyota, modelo “Prado”, con la matrícula número 147251, conducido por el agente policial marroquí, Mohsen Essrighni.
Como resultado del atropello, el joven sufrió heridas graves debido a las cuales tuvo que ser trasladado al hospital Hassan Ben Mehdi. La negligencia del equipo administrativo y de salud del hospital empeoró su situación clínica, debido a la fuerte hemorragia interna que sufrió. El viernes 29 de junio, en el mismo hospital, el joven presentaba un cuadro clínico complicado. La familia del joven, en las puertas del hospital, fue impedida de verlo. En cuanto las autoridades de ocupación tomaron conciencia de la gravedad del caso, impidieron a su familia visitarlo y, además, no ofrecieron ninguna información verídica, esperando que el Enviado Personal de la ONU dejara el territorio, para no inflamar a la población saharaui aún más, que seguía manifestándose en diferentes partes del Sáhara Occidental.
Para ganar tiempo, Marruecos usó los trucos más inefables e ignominiosos.
Primero, le dijeron a la familia que el joven estaba en una situación estable y que él sería trasladado en una ambulancia, a una de las ciudades marroquíes para tratamiento. Más tarde, el sábado 30 de junio, una vez más, fueron informados de que iban a trasladarse a la ciudad marroquí de Marrakech en avión, pero poco después la familia fue notificada de que el avión había sufrido un fallo técnico.
Al mismo tiempo que las autoridades del hospital impedían que la familia viera al hijo, la policía tuvo acceso al joven y lo sometió a un interrogatorio grave y premeditado, filmado y posteriormente divulgado en las redes sociales.
La grabación del vídeo, en violación abierta de las normas más elementales del decoro, fue hecha cuando el joven estaba, aparentemente, bajo los efectos de algún sedante que habría sido suministrado especialmente para la ocasión. Esta filmación no fue interrumpida cuando el joven, en una súbita necesidad de orinar, pidió un momento de privacidad y en el video se oye al policía decir al joven: ‘Sígue, sigue. Puedes hacerlo aquí´.
Hasta la fecha, la familia sigue soprtando todo tipo de presiones para renunciar a pedir al Estado marroquí la responsabilidad por el atropello de su hijo.
De acuerdo con el testimonio, de su propia tía, las fuerzas marroquíes asediaron a la familia, maltratando a las mujeres, niños e incluso a los inválidos de la familia que habían llegado al hospital, interesados en el estado de salud del joven. La policía también los persiguió hasta la casa de la familia, donde fueron ferozmente reprimidos.
Finalmente, en su intento de reducir la presión de la población, las autoridades marroquíes decidieron trasladar al joven a Marrakech, a más de 800 kilómetros de El Aaiún. Al lado del joven, también, viajó su madre, la Sra. Suadu Belaid Amheit, que fue abandonada en la puerta del hospital, impedida de ver a su hijo, estando completamente desorientada, sola y en una ciudad desconocida.
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