Willy Meyer: “Los saharauis de los campamentos de refugiados no deben pagar los efectos de una guerra ilegítima".
“La cooperación debe ser ahora más fuerte que nunca”.
La semana pasada, y a raíz del secuestro de la planta de gas en Argelia y de la intervención militar francesa en Mali, el Frente Polisario optó por repatriar a los cooperantes europeos “no imprescindibles” por motivos de seguridad, ante las amenazas de fuerzas radicales islamistas y de Al-Qaeda. Aunque se ha explicado, por activa y por pasiva, que es una medida necesaria, preventiva y con carácter temporal, lo cierto es que ya se han suspendido sine die otros viajes y actividades previstas por los representantes saharauis, presionados por el gobierno argelino y por las medidas adoptadas por el Gobierno español, que “desaconseja” viajar a Tindouf. Willy Meyer, europarlamentario español y defensor de la causa saharaui, declaró días antes de la adopción de esa medida por parte del Frente Polisario que “desde Izquierda Unida creemos que el conflicto territorial de Mali debe resolverse desde el punto de vista de la acción diplomática, sin recurrir a las armas, porque esta intervención puede internacionalizar un conflicto en una zona tan sensible como el Sahel“.
Obviamente, el conflicto ya se ha internacionalizado y ahora afecta de una manera directa a los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf. Se les ha abandonado otra vez.
-Avisaste con tiempo, pero nadie se hizo eco de tu anuncio. ¿Qué es lo que ocurre para que la Unión Europea no haya intervenido ni se haya posicionado en un conflicto tan delicado como es esta intervención de Francia en Mali?
Lo que está ocurriendo en Mali es fruto del desorden bárbaro que se está dando a nivel internacional. En parte, la intervención militar en Libia tiene mucho que ver con lo que está sucediendo en Mali. Nosotros estuvimos en contra de esta intervención militar, así como de desmantelar las instituciones libias, porque preveíamos que podría ocurrir lo que está ocurriendo, que no es más que Libia es un país en el que no se ha resuelto nada, los mismos intereses europeos que se tenían con Gadaffi _que fueron los que promovieron la intervención_ son los que causaron la destrucción y un dolor tremendo, y ha provocado que se disperse armamento de todo tipo por las fronteras libias, que llegó de forma absolutamente desregulada y descontrolada a manos de quienes querían cogerlo y controlarlo.
A partir de ahí, cuando los tuareg, aprovechando el golpe de estado que se dio en Mali el año pasado, ocupan la parte norte del país con fuerzas que son bastante desiguales _no son todos Al-Qaeda_, se organizan en ese vacío de poder, y en lugar de hacer una acción diplomática de diálogo, de ayudar manteniendo una posición equilibrada para que efectivamente el conflicto se resolviera, lo que se ha hecho es, por parte de Francia, una acción colonial en su antigua colonia, a tenor de los intereses económicos que tiene en Mali _en uranio, oro y piedras preciosas_, principalmente las dos empresas de extracción de uranio que Francia tiene abiertas en la frontera con Níger. Por ello, a Francia no le preocupan ni los Derechos Humanos ni la integridad territorial de Mali, sino que centra sus esfuerzos en que el uranio llegue a Francia para abastecer su energía eléctrica. La guerra no es la solución, nunca lo ha sido _ni en Iraq, ni en Afganistán, ni en Libia, como tampoco lo va a ser en Siria o Mali. Por eso, nosotros instamos a que la Unión Europea se posicione en contra de esta intervención y que defienda los Derechos Humanos de la población que, directa e indirectamente, se está viendo afectada.
-¿Cómo valoras la nueva situación de una población saharaui refugiada, esas casi 200.000 personas que dependen exclusivamente de la ayuda humanitaria y de la cooperación internacional, que se encuentran ahora abandonados por la comunidad internacional?
Todo el conflicto de Mali está repercutiendo en población que nada tiene que ver, como son los refugiados saharauis, que viven de la cooperación internacional, porque cualquier cuestión que ponga en riesgo esa cooperación, pone también en riesgo simultáneamente sus vidas. Son las víctimas de lo que es una mala interpretación del Derecho Internacional y no deben pagar los efectos de una guerra ilegítima, como lo es la de Mali. Desde el Parlamento Europeo y desde el Gobierno español, vamos a demandar que no se cierre la ayuda a la cooperación, que se den seguridades a los cooperantes y a los propios saharauis. La cooperación ahora, si cabe, tiene que ser más fuerte que nunca.
-Sí, decirlo puede que sea fácil. Hacerlo, es otra cosa. Actualmente, nadie se muestran favorable a facilitar visados para que los cooperantes y/o amigos de Pueblo Saharaui puedan viajar a Tindouf a los campamentos, aludiendo a la inseguridad provocada por las amenazas terroristas. Yo, que me he visto directamente afectada por esta decisión porque no he podido viajar la semana pasada a los campamentos, me pregunto.. ¿cómo vamos a abandonar los proyectos que están dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los saharauis que viven allí? ¿Cómo es posible que les tengamos que abandonar de esta manera?
Desde luego, desde IU hacemos una llamada a que la gente siga yendo, que es una obligación de España, y debería ser el Gobierno español quien estuviera presente allí de manera permanente, con una delegación, ayudando, cooperando y haciendo posible que la gente viva en condiciones de dignidad en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf. Insisto en que el movimiento solidario debe ser fuerte y exigir medidas de protección y seguridad _adicionales a las que ya de por sí tiene implantadas el Frente Polisario_, para poder continuar su labor sin interrupciones.
Lo de Enric Gonyalons, una ignominia
El riesgo es grande, es indudable, y máxime si por lo que fuera resultas herido… Mira el caso de Enric Gonyalons, cooperante mallorquín secuestrado por el grupo salafista MUYAO, rama de Al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) en octubre de 2010, que permaneció en cautiverio, en Mali, junto a Ainhoa Fernández de Ricón y Rossella Urru durante 9 meses. Su caso clama al cielo, al haber resultado herido de bala en una rodilla y, tras ser liberado, ha tenido que enfrentar una cruzada personal para ser operado, aunque aún no lo ha conseguido.
Lo de Enric Bayñols no tiene nombre. Desde IU estamos exigiendo que se acabe con esa ignominia, porque no puede consentirse en modo alguno que un cooperante, herido en el transcurso de su trabajo en destino, quede desasistido médicamente con argumentos banales. Esto no forma parte de la manera de entender la asistencia sanitaria universal y gratuita de los españoles o residentes y, por lo tanto, estamos defendiendo su derecho a operarse por la Seguridad Social sin ningún coste.
© Elisa Pavón
Fotos: © F. J. Rodríguez
Fuente: RASD News
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