Allí, en aquel insólito paraje, Don Quijote salió de la novela para acercarse a un nuevo molino de viento. Pero en esta ocasión no lo confundió con un gigante sino con una hermosa posada llena de niños que hablaban de sus aventuras y de la vida de D. Miguel de Cervantes, el escritor al que él le debía la suya.
Y se quedó maravillado comprobando que los niños adornaban el molino con libros y rosas hechas con sus propias manos.
Pero más fue su sorpresa al oír y ver con sus propios ojos y orejas que hablaban de la importancia de los libros y que lejos de pensar que leyéndolos se volverían locos, los habitantes de aquella posada estaban tremendamente cuerdos y hablaban de la lectura como un arma cargada de futuro.
Fetrana y Alghailani.
Día del Libro 2016
Fuente: bubisher.org
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!