Fuente y fotos: bubisher.org
Se llama Raúl Mejías. “El señor Raúl”, para los miles y miles de habitantes del mercado de La Merced, en la Ciudad de México, uno de los mercados más grandes de toda Latinoamérica. Es difícil decirlo, pero puede que haya más de 20.000 puestos en el Mercado, dividido en varios edificios, pero desparramado por las calles adyacentes. Todo un universo de vida rica, colorida, vocinglera, aunque también peligrosa.
Raúl nació prácticamente en el mercado, donde su madre regenta un pequeño restaurante, clavado entre puestos. Raúl fue niño de La Merced, y por eso sabe lo que es la “no-infancia”. Y por eso, hace más de cinco años, fundó Keren Tá, la Edad de la Infancia en una lengua autóctona. Para darles a los niños del mercado una infancia. Y cómo mejor que a través de los libros. Con la ayuda de los propios niños del taller de lectura, y con un “diablo” (carretilla) como herramienta, Keren Tá reparte libros a los niños y los adultos del mercado. Y no solo eso. Obras de teatro, cuentos, talleres de jardinería, vida. Todo eso es Keren Tá.
“Muchos libros se han perdido, se pierden todos los días, dice Raúl, pero yo me siento satisfecho por esos libros que pueblan los puestos del mercado”
La semana pasada el Bubisher visitó el mercado de La Merced, y también Keren Tá. Habíamos oído hablar del trabajo de Raúl Mejías, y no podíamos dejar de intentar buscarle, de visitar su local, de empaparnos en la vida de La Merced.
No fue fácil, pero acompañados por la editora Lorenza Estandía y la escritora argentina Graciela Bialet, nos pusimos a ello. A través de múltiples contactos, lo conseguimos.
El local de Keren Tá es pequeño y humilde. Está lleno de libros usados, de “diablillos” y manualidades. Un local lleno del eco de muchas infancias recobradas. Conocimos a varios niños talleristas, todos llenos de cariño hacia Raúl Mejías: sus colaboradores. Y mientras recorríamos el mercado, se iba levantando una ola de saludos hacia el señor Raúl. Él, feliz, respondía con cariño a todos, y añadía: “Vienen a visitarnos desde el Sáhara”. Porque sí, Keren Tá es un bubisher en el mercado. Raúl dice que La Merced es vida, que de esa vida se alimenta, y que su proyecto consiste en devolver vida a la vida, en forma de libros. Con infinita ternura.
México tiene miles de salas de cultura, pequeños milagros en los lugares más complicados. Pero, para el Bubisher, Keren Tá es ya un hermano. Venimos de un desierto lleno de niños, a un abigarrado universo por el que circula, como sangre en las venas, un torrente de libros.
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