¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

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“La primavera saharaui. Escritores saharauis por Gdeim Izik”, un libro para que la llama del Campamento de la Dignidad no se apague


Esta entrada ha sido escrita por Conchi Moya, periodista y antóloga de "La primaversa saharaui".

“La primavera saharaui. Escritores saharauis por Gdeim Izik” es un libro de resistencia, nacido para dar a conocer los sucesos ocurridos en este campamento que reunió a miles de familias saharauis entre octubre y noviembre de 2010, a unos 16 kilómetros al sureste de El Aaiún ocupado, capital del Sahara Occidental.

Durante los dos meses que duró la acampada, cerca de 15.000 jaimas se instalaron en el lugar para apoyar las reivindicaciones del pueblo saharaui contra la ocupación marroquí. Sin embargo, entre el 8 y 9 de noviembre, las fuerzas marroquíes intervinieron en el lugar reprimiendo a quienes se manifestaban, con bombas incendiarias, utilización de chorros de agua ardiendo a gran presión y practicando numerosas detenciones.

Se trata de un conjunto de poemas y relatos, más una cronología, que nacieron de la rabia y la impotencia ante la respuesta violenta de la fuerza policial marroquí frente a saharauis desarmados y que pacíficamente protestaban por sus derechos. Una marea de jaimas que supuso para muchos analistas la chispa de las revueltas que se sucedieron en otros países árabes.

Precisamente en estos días se celebra un nuevo juicio contra los activistas saharauis del llamado Grupo de Gdeim Izik, 24 presos saharauis que llevan varios años encarcelados tras ser detenidos por su participación en el campamento. Organizaciones internacionales, abogados y observadores independientes han denunciado que los presos han sufrido todo tipo de torturas, abusos y malos tratos. Fueron juzgados por primera vez por un tribunal militar (a pesar de ser civiles) en febrero de 2013. De allí salieron sentencias de entre 20 años y cadena perpetua, según los casos.

La motivación que llevó al grupo de escritores saharauis que la llama de Gdeim Izik, que aparece en la portada del libro, no se apague.




Mufida

Fotografía de Marcello Scotti


Esta entrada ha sido escrita por el periodista y escritor Limam Boisha, miembro de la Generación de la Amistad Saharaui.

Mufida miró el cielo y vio cómo resbaló aquella nube tostada y cómo se precipitó riendas abajo, rodó y se volvió un aguacero de langostas que devastó lo que encontró a su paso. Vio cómo en pocos minutos, miles, millones de insectos depilaron las plantas y dejaron las ramas de las acacias en los puros huesos. Y en los puros huesos quedó la Badía, el desierto fértil, que en aquel momento era como un manto verde antes de su barrido. En los sucesivos meses varias tormentas rojas asolaron toda la región y le siguió una sequía que forzó a numerosas familias a abandonar los lugares de pasto donde siempre habían nomadeado. Mufida resistió hasta que su ganado agotado, enfermo, víctima de la sed y el hambre, diezmó. Estaba sola como nunca lo había estado anteriormente, y ya no era joven como años atrás antes de la picadura de la serpiente por la que tuvieron que amputarle una pierna.

Una noche en medio de aquella adversidad, con su voluntad ya quebrada tomó la decisión de ir a los campos de refugiados en el sur de Argelia donde vivía su hermana Salka. Desde que llegó se sintió perdida. Añoraba el desierto fértil donde siempre ha vivido y pronto descubrió que era alérgica al polvo de aquella tierra inhóspita. Pasaba la mayor parte del tiempo recluida en su jaima y cuando salía caminaba balanceándose con su pie ortopédico de palo que le daba un aire siniestro.

Meses después de su llegada circuló un rumor, primero como susurro de boca en boca y entre pocos, después se expandió de jaima en jaima. La frecuencia se dispersó como si alguien hubiese humedecido el aire de todo el campamento con el rocío de aquél rumor. Durante días no se hablaba de otra cosa: en las colas del reparto de alimentos, junto a los depósitos de agua, en el hospital, en medio de los caminos polvorientos que llevaban a todas partes y a ninguna, y sobre todo, en las ceremonias alrededor del té en el barrio donde Mufida se había instalado.

La nueva vecina del barrio, la que acababa de llegar de la profunda badía, la hermana de Salka, era Selala, decían.

Algunas personas revelaban que todo empezó con la muerte de Naama, una mujer de edad avanzada que vivía en una de las jaimas próximas a Mufida.

"Fue ella quien desangró a nuestra madre y la dejó como un papel blanco” – señaló una de las hijas de la víctima, más de una vez.




Cuerpo a tierra (Leyuad)

Los poetas saharauis Sidi Brahim uld Ishdur, Hamida Abdulláh, Bunana Buseif y Selma Brahim “Belga"

Esta entrada ha sido escrita por Gonzalo Moure, escritor, co-director de Leyuad, un viaje al pozo de los versos y miembro de la Asociación Escritores por el Sahara-Bubisher.
 
La sala estaba llena. Y los tres directores temblábamos como hojas de talha en pleno siroco. No era ya un festival, tierra de profesionales y buenos aficionados, sino un verdadero estreno. El estreno. En la filmoteca del CGAI. Leyuad echaba a andar donde debe: entre la gente.

En la mesa, la ministra de cultura, Jadiya Hamdi. Una luchadora de la cultura. Empeñada en encontrar la manera de ofrecer salidas culturales a los niños y jóvenes de los campamentos: Escuela de Arte, de Música, Escuela de Cine. Y cómplice del Bubisher para que toda esa actividad intelectual tenga un refugio, un puerto seguro en cada campamento. Y también en la mesa un hombre bueno, comprometido y sólido, brillante y humilde al mismo tiempo: Manuel Rivas. Su presentación fue breve e intensa: viajemos juntos hasta Leyuad, hasta la Tierra de los Hombres del Libro.

Mientras la película reproducía el viaje al pozo de los versos, iniciado en la jaima de su querido Badi Mohamed Salem, Rivas no dejaba de tomar notas. Y después, en el coloquio, las fue desgranando. A veces, el director no se lo ha planteado, pero… Llega a algo que estaba debajo, como el pozo de agua ignorado debajo de los pies. Y así, el escritor nos sorprendió al poner uno de los vértices de la película en la escena en la que el filósofo Belga juega dentro y fuera de la jaima con Mohammed, el único niño presente en el campamento de Leyuad. Suena de fondo la canción del músico Mehdi al bubisher. No canta al proyecto de bibliotecas y bibliobuses, sino al auténtico bubisher, al pájaro de la buena suerte, tueirazueina. Mantiene Manuel Rivas que ese instante es clave, porque el sabio que necesita sentir la tierra en cada lugar del desierto que pisa, que se acuesta y rueda por ella, le propone lo mismo al niño: cuerpo a tierra. Pasado, presente y futuro. Y tiene razón el escritor gallego, porque sin esa renovación la película no estaría completa, porque Limam Boisha vive en el exilio, necesita volver con los poetas mayores hasta el pozo de los versos, pero sin el niño Mohammed ese viaje no tendría sentido. Es esa nueva generación la que tiene que ir sintiendo también la tierra en sus manos y su espalda, o el Sáhara quedará huérfano de cantores y poetas.

Leyuad quiere ser eso. No ya un tratado de erudición sobre la poesía y sus formas, sino un canto a la vida, sin la que la poesía no es más que un “lujo cultural de los neutrales”. La poesía, en la película, toma partido. Partido por la tierra, por la gente, por la relación entre el ser humano y la tierra.




Leyuad, un viaje al pozo de los versos

Esta entrada ha sido escrita por Gonzalo Moure, escritor, co-director de Leyuad, un viaje al pozo de los versos y miembro de la Asociación Escritores por el Sahara-Bubisher.

Una tierra sin caminos es una tierra de caminos infinitos. Y Tiris lo es, pero si tenemos que unir esa infinidad de senderos con un punto, ese punto es Leyuad. Y por Leyuad pasó nuestro camino en 1999, cuando recorría el Tiris en compañía de Limam Boisha, protegidos ambos por Habub Sidi Alí, que conocía cada piedra de aquella mítica región, cada galb, cada habitante de la badía.

Quince años después, una noche de marzo, buscábamos Leyuad un grupo de locos, armados con un par de cámaras y unos pocos micrófonos, focos hechos con bandejas de poliespán y leds en rollo, y no mucha comida. Engullidos por la noche, los conductores, expertos, no encontraban el valle. Cada pocos kilómetros detenían sus toyotas, se reunían en círculo, y discutían acerca de la silueta de los galabba cercanos, la situación de las estrella en el cielo, y la experiencia de viajes pasados. Nosotros, poetas y cineastas, esperábamos. Hasta que alguno vio que no muy lejos, hacia el Este, luces azules brincaban y se acercaban, centelleantes. Cuando las señalamos, el círculo de conductores/pastores se deshizo violentamente, al grito de ¡Que vienen! O estábamos muy cerca, o habíamos traspasado el muro de la vergüenza y el olvido. Literalmente, salimos pitando de allí, hasta que minutos después un grito fue corriendo de coche en coche: ¡Leyuad, Leyuad! Habíamos llegado, impulsados por las luces azules y el azar. O un prodigio más de los genios del desierto que habitan Leyuad desde antes de que así se llamara. Esta vez, hasta los mismos genios fueron bondadosos con sus visitantes.

Porque el valle fue bautizado con ese nombre, “Los generosos”, por los poetas clásicos antiguos del Sáhara para derrotar a los genios que lo habitaban, transmutaban la realidad, violaban la paz de su insólito paisaje de piedra y arena, molestaban al ganado y perturbaban a sus pastores nómadas.

Desde aquel primer viaje de 1999, que Limam y yo contamos en “La zancada del deyar”, soñábamos con ayudar en el parto de una generación de cineastas saharauis capaz de llevar su cultura hasta cualquier rincón del mundo, a través de la pantalla. Y la oportunidad apareció con la creación de la Escuela de Cine Abidin Kaid Saleh, de la mano de Pepe Taboada, Carlos Cristóbal, Omar Ahmed (Canario), y el Ministerio de Cultura de Jadiya Hamdi. En ella destacaba un joven, Brahim Chagaf, que con el asombroso presupuesto de cien euros, había logrado realizar la primera película auténticamente saharaui: Patria dividida. Sin él, una película sobre Leyuad sería imposible, o no sería auténtica. La primera idea, compartida con el propio Brahim y Omar Canario, era muy atrevida: “Las siete noches de Leyuad”, en la que un grupo de poetas de ambos sexos hablaran en torno a una hoguera de los genios del desierto, de sus prodigios y maldades, de sucesos sobrenaturales, de tradiciones, historias y poesías que se refirieran a ellos. La película no podía ser rodada más que allí, a la sombra de los montes de Leyuad.




Cuba: Un mundo de solidaridad

En la memoria de nuestros corazones siempre estarán todas aquellas personas, pueblos y países, que en cualquier momento de nuestra historia nos han ayudado de una o de mil maneras.

Dicen que nadie logra el éxito sin la ayuda de los demás. Es cierto, por eso, los saharauis somos agradecidos y nunca dejaremos de serlo. En esta lista de solidaridad, Cuba ocupa un lugar especial, por su generosidad y solidaridad sin límites.

El pueblo saharaui se ha beneficiado enormemente de la ayuda que le ha brindado Cuba, desde los años setenta del siglo XX hasta la actualidad. Una ayuda, que se inició antes del 20 de enero de 1980, cuando la isla caribeña reconoció a la República Saharaui.

La educación, la sanidad y la defensa de nuestra causa en los foros internacionales han sido los pilares de esa ayuda, aunque no los únicos. Somos miles de saharauis los que hemos cursado estudios en Cuba. Ni nuestras familias ni el gobierno saharaui tuvieron que pagar nuestras matrículas, ni alojamiento. No desembolsaron un centavo por nuestros libros de texto, ni por los cuadernos, ni lápices. Tampoco lo hicieron por ninguna actividad extraescolar, educativa o cultural. Ningún estudiante saharaui pagó nunca los uniformes escolares que vestíamos.

La educación que hemos recibido en Cuba, por lo general, fue mucho más creadora, efectiva y motivadora, que la que percibieron otros estudiantes saharauis en otras naciones amigas. Una educación que, desde el preescolar hasta la Universidad. es (y sigue siendo), pública y totalmente gratuita.

La mejor manera de homenajear al difunto líder y fundador de la revolución cubana, Fidel Castro, es reconocer toda la lucha que él ha levado a cabo (junto con su pueblo), a favor de todos los pueblos desposeídos.

Somos muchos los saharauis que llevamos un recuerdo imborrable de este hermoso país, de su gente, su clima, su cultura; del sentido del humor de sus habitantes, de su gastronomía y de su rica literatura, de su idiosincrasia en general. Una idiosincrasia que ha influido en nuestra manera de ver e interpretar el mundo. Creo sinceramente, que no somos pocos, los que también, nos sentimos cubanos. Y por eso, podemos afirmar  que Cuba es nuestra segunda patria.

Gracias Cuba.

Liman Boisha
Presidente de la Asociación Escritores por el Sahara- Bubisher

Fuente: bubisher.org




La literatura saharaui participa en #100lecturasafricanas

Los escritores Bahia Mahmud Awah y Limam Boicha, miembros de la Generación de la Amistad Saharaui

La literatura saharaui, cada vez más presente en los foros de literatura africana, ha sido invitada a participar en la iniciativa #100lecturasafricanas,que trata de visibilizar libros y escritores africanos. La campaña, que comenzó en las redes sociales el pasado 2 de noviembre, está inspirada en los #100DaysofAfricanReads lanzados por Ángela Wachuka de la editorial Kwani.

“El funcionamiento de #100lecturasafricanas es sencillo: cada día una persona o colectivo, que se ha unido previamente a la campaña, lanzará un único tuit recomendando un libro que ha elegido. Así durante los 100 días que durará la campaña, hasta conseguir 100 recomendaciones diferentes de 100 libros de todos los tipos de géneros, la mayoría en castellano, pero también en otros idiomas, de autores africanos de todo el continente y de la diáspora”, afirma Sonia Fernández Quincoces, impulsora en España de la iniciativa.
Por parte del Sahara Occidental estarán presentes dos autores, Limam Boicha y Bahia Mahmud Awah, miembros de la Generación de la Amistad saharaui, colectivo literario fundado en julio de 2005 en Madrid.

Ritos de jaima de Limam Boicha (Sahara Occidental, 1972) será la recomendación de Dibujando África. Se trata de un libro que mezcla poesía y prosa poética para recrear diversos ritos de la tradición saharaui. Calificado por el escritor Javier Reverte de “antropoesía” o poesía antropológica, fue publicado en 2015 por la Asociación Bubisher, red de bibliotecas y bibliobuses dirigidos a la población de los campamentos de refugiados saharauis. Bubisher también surgió como refuerzo de la enseñanza del español entre la población refugiada.

La jaima, elemento vertebrador del libro y de la vida de los saharauis, “es la palabra más sustanciosa en el kitab, libro oral saharaui. Una palabra que no solamente se refiere a la tienda de campaña, el habitáculo tradicional de los nómadas hecho de pelo de cabra o dromedario. No sólo es la casa donde vive, come, duerme, reza y se reúne la familia saharaui. Es mucho más que eso”, afirma Limam Boicha. En Ritos de jaima convive el espacio del exilio en el que los saharauis se ven confinados actualmente, el desierto de la hamada argelina, con ritos ancestrales del pueblo saharaui como el té, la especial nomenclatura de los años, el saludo, el nacimiento y la muerte, la boda o la despedida. La vida en el desierto y la tradición oral, el mayor tesoro que poseen los saharauis, son reflejados a través de “versos de la madera” que contienen la verdadera esencia de este pueblo nómada, al que se conoce como “hijos de la nube”.




Un Sáhara de libros por descubrir (1): La Generación de la amistad

En fechas recientes se ha celebrado, en el Centro Panafricano y Centro de Estudios Panafricanos, un encuentro que ha congregado a una serie de artistas, periodistas, cineastas, blogueros, africanos y afrodescendientes. Y también de escritores que han visto sus obras publicadas en fechas recientes. Entre ellos un saharaui, Bahia Mahmud Awah, antropólogo, poeta, escritor, fundador del proyecto informativo cultural Poemario por un Sahara Libre y uno de los artífices de la formación del grupo de escritores saharauis denominado la Generación de la Amistad.
“Los africanos hemos sido ninguneados en la literatura colonial. Nuestra cultura oral, nuestra memoria y la contenida en manuscritos de sabios y eruditos tienen un enorme desfase con lo reflejado en la bibliografía colonial”. (Bahía M. Awah)
Este movimiento cultural, que surgió en julio de 2005 en Madrid y también desde los campamentos de refugiados, empujado por el esfuerzo de varios intelectuales españoles, es “la primera generación de escritores del Sáhara Occidental que tomó la decisión de constituirse oficialmente como grupo literario”, tal y como nos informa Conchi Moya en el libro Literaturas hispanoafricanas: realidades y contextos, colectivo que además “ha conseguido publicar libros con cierta regularidad”.

Ellos mismos se definen como “Un grupo de poetas saharauis que pretenden transmitir el sufrimiento de su pueblo, unidos por historias de pastores que se perdieron persiguiendo sus sueños tras una nube” y resaltan que “La intención de esta iniciativa es destacar la importancia de la cultura en cualquier lucha, esta es una de las mejores representaciones que podemos dar al exterior para dar a conocer quiénes somos.”

Inspirándose en la Generación de poetas del 27, pero también en la poesía saharaui en hasanía, ya han publicado varias antologías, entre las que se encuentran: Añoranza (2002); Bubisher, poesía saharaui contemporánea (2003), Las voces del viento (2014), o la que ha visto la luz este mismo año bajo el título Generación de la amistad, que se edita en bilingüe: castellano-francés. El colectivo cultural lo forman un puñado de poetas que viven dispersos por el mundo: Limam Boisha, Luali Lehsan, Saleh Abdalahi Hamudi, Chejdan Mahmud, Ali Salem Iselmu, Zahra Hasnaui, Bahia Mahmud Awah, Sukeina Aali-Taleb Fernández y Mohamed Abdelfatah Ebnu, entre otros.




Sáhara Occidental: resistir con la pluma

El conflicto en el ex Sáhara español continúa sin resolución, superados 40 años de su inicio. Como aconteció en otros dominios coloniales africanos, la retirada española de agu última posesión en África fue apresurada, en 1976. Al hacerlo perdió de vista organizar un referéndum de autodeterminación demandado por el pueblo saharaui y por las Naciones Unidas.

Aprovechando la confusión y las riquezas de un territorio escasamente poblado, pero abundante en fosfatos y reservas pesqueras, además de ciertos yacimientos petrolíferos, Marruecos y Mauritania lo ocuparon. Si bien la ONU se resistió a ésta, no intentó detenerla. Los locales resistieron, pese a que la misma fue débil frente al poderío militar marroquí, pero el Frente Polisario, fundado en 1973, lo hizo firmemente con guerrillas, contando con el apoyo de la vecina Argelia, mientras Marruecos fue respaldado por las potencias occidentales, temerosas del acercamiento soviético en la Guerra Fría.

La resistencia saharaui provocó en parte la retirada mauritana en 1979. Argelia ayudó a los rebeldes, intensamente bombardeados por la aviación marroquí, a encontrar refugio y así se fueron consolidando los campamentos en Tinduf, sitio que en 1977 albergó a 30.000 saharauis y hoy son más de 150.000. Asimismo, Argel reconoció a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), en 1976, al igual que la Unión Africana, excepto Marruecos que se alejó de la organización. La RASD es un Estado no reconocido cuyo grueso de población y ciudadanía vive en el exilio. A comienzos de los 80, sobrevino la idea de Marruecos de construir una muralla para aislar al enemigo, debilitarlo y evitar ataques del Polisario, el muro más largo del mundo tras la Gran Muralla china. Los gastos del conflicto a Marruecos empobrecen, se estimó durante 30 años la pérdida del 2% del PIB en el ritmo de su crecimiento.

El saharaui es el único pueblo árabe e islámico que es a la vez hispanoparlante. Si los saharauis dicen que el español es lo único bueno que les dejó el colonizador, sueñan con ser vínculo entre África y América latina. En ese contexto aparece la generación de jóvenes poetas saharauis, que mira más al mundo hispano que al árabe, aunque sin perder de vista el nexo con el último. Su producción se escribe en español y estos escritores se sienten más próximos a los países latinoamericanos que a las monarquías árabes, como la opresiva de Marruecos.




Un beso

Los besos se dan y se reciben. Son manifestaciones de afecto, de ternura, de cariño. Los poemas se escriben y se leen. Mueven emociones, ponen de manifiesto valores éticos y estéticos.

En el Bubisher hemos vuelto a unir besos y versos para llevarlos puestos. Porque el poema de Liman es tan intenso, y dice tanto, que hay que sentirlo en la piel para que cale por los poros, para que se imprima en la mirada de quien lo lea y desemboque en una reflexión generalizada: La mínima distancia que separa dos continentes se salva con un beso.

Gracias por compartirlo.

Un beso

Precio de la camiseta: 12 euros.
Colores: Negro y morado
Tallas: Chico: M, L, XL; Chica: M, L, XL

Nota 1: Los costes de envío corren a cargo del receptor.
Nota 2: Se podrán adquirir en la asamblea, en las bibliotecas Bubisher en los campamentos y en todos los actos que realicemos para difundir el proyecto.

Fuente: bubisher.org




Ramos de tempestad

Niño saharaui, que participa en el programa de Vacaciones en Paz, junto a su familia de acogida

El niño ofrece
con sus ojos,
con el triste brillo
de su rostro,
lo único que tiene.

El niño no tiene nada,
y en medio de la nada
hay un árbol de duna,
el Dios del viento estornuda
y el niño ofrece
a su amigo
de otra cultura
un ramo de tempestad,
lo único que tiene
en esta vida dura.

Poema de Limam Boicha. 
Fotografía de Alba Villén.

* El programa Vacaciones en Paz permite que miles de niños y niñas saharauis procedentes de los campamentos de población refugiada de Tinduf pasen los meses de verano en España. Desde finales de junio han ido llegando a las distintas Comunidades Autónomas. Este año han viajado 5000 niños y niñas saharauis, con edades comprendidas entre los 8 y 13 años. Las Vacaciones en Paz, les permiten alejarse de las altas temperaturas de la hammada argelina, acceder a las revisiones médicas que necesiten, enriquecer su alimentación con productos frescos y convivir con sus familias de acogida. Estas, a su vez, pueden disfrutar de la vitalidad de estos niños y de una experiencia de intercambio cultural única, convirtiéndose en uno de los soportes principales del pueblo saharaui.

Este programa se desarrolla desde finales de los años 70, y se gestiona de manera local gracias al trabajo coordinado de las Delegaciones Saharauis y la red de Asociaciones de CEAS-Sáhara.





Estreno de la película “Leyuad, un viaje al pozo de los versos”

Martes día 19 a las 22:30 en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián.

LEYUAD, UN VIAJE AL POZO DE LOS VERSOS (2015). Gonzalo Moure, Brahim Chagaf, Inés G. Aparicio. República Árabe Saharaui Democrática
Limam Boisha, poeta saharaui que vive en Madrid, confiesa que se ha quedado “seco del Sahara” y viaja hasta el Sahara Occidental para recuperar la inspiración para sus versos. Allí, Hamida Abdulláh le narra el viaje que hicieron junto al filósofo belga Mohamed Salem y el poeta y erudito Bonnana Busseid hasta Leyuad, en el corazón del Tiris, la ancestral Tierra de los Hombres del Libro, la génesis de la identidad del pueblo saharaui, camino que les mostró Bonnana Busseid, el más grande de los poetas saharauis vivos. Un viaje duro y largo que con un plan como aquel, buscando la inspiración, el pozo de la poesía, no sería un viaje pesado por el desierto cruel, sería un viaje poético y emotivo. En Leyuad les espera en su jaima el poeta Sidi Brahim, que les mostrará los milagros de un lugar único y les adentrará en los mitos y secretos de los genios del desierto, aquellos “a los que no se puede nombrar”.





IV Centenario Cervantes: El molino de Uld Rabu

Mujeres en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, Argelia


Como saharauis que hablamos, pensamos y hasta soñamos en español, con motivo del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, queremos inaugurar el mes de abril con nuestro pequeño homenaje al gran escritor. Esta entrada ha sido escrita por el periodista y poeta Limam Boisha, miembro de la Generación de la Amistad Saharaui.

Cuando el molino abría sus puertas, Uld Rabu entraba y salía con las manos cubiertas de harina hasta los codos y su turbante se tornaba más blanco que negro, aunque, a decir verdad, no hacía nada allí dentro. A Uld Rabu le gustaba ser jefe de algo. De cualquier cosa. Dirigir la aglomeración de sacos de trigo que la gente traía para moler y poner orden en la cola, para ello, repartía unas papeletas con números a los tres primeros de la fila y a continuación, iba hasta el final y les daba prioridad a los tres últimos. Uld Rabu recibía reprimendas a diestra y a siniestra. Él alegaba que los últimos, también se habían levantado a la misma hora que los primeros en la cola, el problema era la falta de transporte. Cuando se intensificaba el desorden, entraba dentro del molino, se hincaba de rodillas, y gritaba que ese no era el molino que él quería. Ese no era el molino de su sueño. Y añoraba volver a su tierra, para materializar su anhelo. El señor del molino le miraba con compasión, y no decía nada a Uld Rabu, que ya era un cuarentón. Un bohemio y un solitario.

Marcado por el estigma de la locura, trajinaba en mil oficios, pero su favorito, era ayudar, a su manera, al señor del molino, un viejo parvo que llevaba más de treinta años entre el polvo y aquella maquinaria anticuada.

Por la tarde, cuando el molino de piedras y techo de zinc cerraba sus puertas, Uld Rabu iba a descansar a la sombra de cualquier pared de adobe. Allí charlaba consigo mismo o con los transeúntes que se paraban al borde de la carretera, esperando cualquier coche o camión que les llevará a sus destinos. Algunas veces, de tanto esperar, dejaban la carretera y se iban hacia la protectora sombra. Uld Rabu sabía que, tarde o temprano, se le sumaría gente para conversar. Cuando él comenzaba, no había manera de pararle. Gesticulaba mucho. Polemizaba y también les hacía reír. Le gustaba hablar de todo y de todo hablaba.




Memoria de ciudad [03]

Ilustración de Roberto Maján

LA QUINTA ESTACIÓN - Limam Boicha

Mi ciudad está sin localizar
en la geografía del desamparo,
aúlla bajo los escombros
de castigados valles;
sus ecos estallan
contra las murallas del silencio,
contra la impunidad de los televisores.
Mi ciudad tiene castillos de adobe
y vestigios de palacios
y vasijas de Cluster Bombs
y semáforos de proyectiles
y carpas con las manos alzadas
rogando justicia al más allá.

Mi ciudad, mi casta ciudad,
en su sueño fue violada,
sus aves emigraron
confundidas de emigración,
y en su constante penar
algunas palomas se quedaron
durmiendo la eterna siesta.

Mi ciudad se carcome
impregnada de miedo,
huérfana de legitimidad.
En sus estériles avenidas
deambulan militares y rebaños
de mercaderes, usureros y ojeadores
aparatos de escucha y sospecha.




Limam Boicha en el Festival de las Literaturas Migrantes en Palermo

El poeta saharaui Limam Boicha participa en el Festival de las Literaturas Migrantes en Palermo. Su intervención tendrá lugar el 9 de octubre a través de video conferencia. Presentará su obra ‘Ritos de jaima’, que ha sido traducida al italiano, y hablará sobre el proyecto del Bubisher (red de bibliobús y bibliotecas en los campamentos de refugiados saharauis), del que es presidente.
Guila Maltese es la traductora al italiano de ‘Riti di Jaima’, publicado en 2014 por Rayuela Edizioni. Presenta así a Limam Boicha y su obra de “antropoesía”.


Intervención Festival Literaturas Migrantes

Como bien destaca Ramón Mayrata, “a medida que pasa el tiempo, la vida de cualquier hombre adquiere los hábitos del nomadeo”. De ahí que a todo ser humano se le podría clasificar de “migrante”. Por “literatura migrante” entenderíamos, pues, aquella literatura producida por “cualquier hombre”.
Sin embargo, hay hombres que por muy nómadas que sean por su propia naturaleza, se ven obligados a “migrar” y a vivir un proceso de “migración forzada”, a vivir en el exilio. Es el caso de los hijos de las nubes,  los saharauis.

Ex colonia española, una vez terminado el proceso de sedentarización –y aculturación- llevado a cabo por la metrópoli en los años de 1958 a 1975, aquellos (ex)nómadas en busca de lluvia y pasto para sus rebaños de ovejas y camellos, se encuentran, de la noche a la mañana, abandonados en el medio de la hamada argelina –la primera de las etapas de su “migración”-, abandonados por su actual potencia administradora: España.

Un Estado, el de la República Árabe Saharaui Democrática, en el exilio. Que se acompañará del exilio de aquellos saharauis crecidos, educados, formados en países de acogida. De aquellos saharauis que viven su estatus de apátridas en una España, madre desagradecida, que ya no se acuerda de sus hijos africanos.
Y del interés por rescatar la memoria histórica del pueblo saharaui, además del legado lingüístico y cultural con España, surge la literatura saharaui en español: prosa y poesía se hacen eco de la oralidad  bilingüe saharaui -en español y hasanía- testimonio de la vida, costumbres, deseos y derecho a la autodeterminación de todo un pueblo. El “yo-colonizador” y el “otro-colonizado”, el “yo-europeo” –eurocéntrico- y el “otro-extraño al eurocentrismo” se funden –obligatoriamente, a veces- en un abrazo lírico.




Memoria de vida [02]

Ilustración de Roberto Maján
SOBRE UN PEDAZO DE BARRO - Limam Boicha

Este es nuestro pedazo de barro,
refugio nuestro de sueños rotos,
de trabajo sin paga,
nuestro cuarto de comida y bebida,
lectura y oficina y cama
y música y tertulia
y pies y manos y solos y juntos.

En nuestro pedazo de barro,
entran y salen extraños y conocidos
y nuestra puerta siempre está abierta,
y la ventana también es puerta,
y la puerta, lógicamente, es puerta
simple puerta, de madera sin cerradura,
con clavo oxidado que hace
el ingrato papel de candado
y, a veces, hay candado,
por si acaso.

Este es nuestro pedazo de barro compartido,
sobre él sopla el viento
(supongamos un día cualquiera
uno de esos días sin cigarrillo,
ni dinar, ni ougía, ni euro, ni pasaporte, ni visado)
con su danza en espiral
irrumpe electrizado el viento,
y la frágil Trinchera de Palabras se desploma




Memoria de agua [08]

Ilustración de Roberto Maján
DESEO DE UN PEZ
Antes de ver un pez
aletear sus encendidos colores.

Antes de presenciarlo
en la horca del anzuelo
con helados ojos de sobresalto.

Antes de ver el mar
por primera vez.

En la escuela del exilio,
el maestro contaba
que hay un pez varado
en medio del Sáhara
y su deseo es volver al océano.

El maestro extendía sus brazos
y debajo de ellos surgía el océano.

Desde la otra orilla
el pez deshidratado
serpenteaba y caía…

Y el pez sólo podía volver
-decía el maestro-
con la acústica de nuestros aplausos.

Limam Boicha

Del libro Um Draiga. Poesía Saharaui Contemporánea.





Memoria de agua [03]

“Hay tierras que están llenas de agua para el bienestar del cuerpo
y tierras llenas de arena para el bienestar del alma”.
Anónimo
Ilustración de Roberto Maján
AGUA
Aunque no tenemos la vegetación ni los manantiales de los oasis,
esa ausencia no desenterró el verdor de nuestros ojos,
no nos amarró con las cadenas del desaliento,
ni taló por el pie la sombra que conjuga la semilla,
los tallos, las espinas, el rocío, el agua que nos alimenta.

No tenemos oasis,
pero para el aprendizaje de la supervivencia
tenemos la pizarra del tiempo.
Tenemos sobrados silencio y paciencia
para imantar las resonancias líquidas
que alguna vez existieron (que aún existen )
Bajo nuestros pies.

Tenemos ojos para escrutar la nube fértil
que hunde sus invisibles raíces en el aire
y germina en el abdomen del mundo.

Tenemos los pozos.

Y el pozo en el Sahara es más que una hondura,
más que un latido, mucho más
que una vena de agua en el corazón de la tierra.




Memoria de agua [01]

 Ilustración de Roberto Maján
 EL MAR
...el niño pidió a su padre:
¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano. El libro de los abrazos.

- Papá -preguntó Budda- ¿Por qué el agua sólo llega hasta aquí?
- El agua la retiene Dios, para que el mundo no se inunde- respondió el padre.
- Y ¿por qué hace tanto ruido? —volvió a preguntar el niño.
- Porque está bravo —fue la escueta respuesta del padre.

Budda, quedó un rato pensativo, con la duda en la punta de la lengua, hasta que otra interrogante se deslizó por sus labios, como sin querer:
- ¿Qué le han hecho para que esté furioso?
Su padre sonrió por tantas preguntas, como un racimo que no acaba, y levantó a Budda por los sobacos, lo lanzó al aire, y en fracción de un segundo, volvió a agarrarlo con un abrazo. La interrogante del niño quedó en el aire, y se esparció, abandonada en su intrínseca desolación.
Fue por culpa de otra desolación, más grave y profunda, que el padre de Budda, decidió llevar a su hijo, que apenas tenía seis años, a la ciudad, para ver por primera vez el mar. En la casa donde se hospedaron, el hijo de la familia, un año o dos mayor que Budda, le explicó que el mar era agua. Mucha agua. Agua azul y blanca.

Esa agua, que decía el niño, no era igual a la que había en el depósito, que está en el patio de la casa, ni era la misma, que él ha visto en los pozos del desierto. ¿Cómo puede ser azul y blanca? —se preguntó Budda—. El otro niño buscó su pequeña pizarra escolar, y con una tiza le dibujó unas líneas mezcladas en forma de ondas.
- Estas son olas, le dijo- El mar es olas, muchas olas. Olas grandes. Altas. Más altas que tu padre y que el mío. Más altas que todos los hombres. Budda seguía sin entender. Como referencia sólo tenía la Badía, el lugar de pasto y nomadeo. Allí cuando cae la lluvia y se forman los charcos, a veces su padre y los otros hombres recogen agua para el frig (campamento).




Ritos de jaima, de Limam Boisha, en italiano

Portada del libro Riti di jaima,
de Limam Boisha
La versión italiana de Ritos de jaima, Riti di jaima: l’eco della cultura saharawi, editada por la editorial Rayuela Edizioni, nace de la espontánea necesidad de promocionar la “causa saharaui” en Italia, dando una nueva voz a la antropoesía de Limam Boisha.
Riti di jaima procede del interés por la literatura saharaui, de tres años de investigación y documentación sobre el verso y la prosa tanto en hasanía como en un español que suena a Sáhara, de la experiencia directa en los campamentos de refugiados de Tindouf, de la amistad sincera y de la colaboración constante entre tres mundos, cada vez más cercanos entre sí: el saharaui, el español y el italiano.
Leer y traducir Riti di jaima ha significado desplazarme a una realidad desconocida hasta hace un par de años: a un espacio – el desierto de la hamada argelina – y a un tiempo – el del té saharaui – hechos de “versos de madera”, limpios y sencillos, que “escudriñan el alma de un pueblo”. Riti di jaima es una obra empática: empatiza con el texto original  - al que codifica en otro idioma - y, consecuentemente, con la tristeza y la alegría del pueblo saharaui.
En su formato italiano, Riti di jaima, se presenta como una edición bilingüe, en italiano y español, que incorpora detalles preciosos como son las letras y las inscripciones en árabe que abren y cierran cada uno de los 31 capítulos - los 31 ritos - de los que se compone el libro. Riti di jaima, inaugura una nueva etapa de promoción y difusión de la literatura y cultura del Sáhara Occidental. A este propósito, cabe destacar que, como se indica en el libro, parte de los beneficios de las ventas del libro se destinará al proyecto Bubisher.

Es posible adquirir el libro a través de la página web de la editorial Rayuela Edizioni.

Esta entrada ha sido escrita por Giulia Maltese, traductora de Ritos de jaima.




El Sahara Occidental resiste: Libro editado por la Biblioteca Saharaui


Selección de los mejores poemas y relatos del gran autor saharaui, Limam Boisha.
Estimados amigos de la revista Shukran:
Hoy, además del enlace de nuestra revista trimestral, tenemos la alegría de compartir un libro editado por la Biblioteca Saharaui en colaboración con Shukran, con una selección de los mejores poemas y relatos del gran autor saharaui, Limam Boisha.
De consulta libre.

Muchas gracias.

Xabier Susperregi

ENLACE SHUKRAN 44
ENLACE LIBRO DE LIMAM BOISHA - BIBLIOTECA SAHARAUI

Fuente: kaosenlared.net




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